El fragmento que sigue es tomado de la ponencia del presentador que será incluidas en las Actas del congreso del CDIJUM, 2022.
Los Ocampo de Zamora
Los primeros habitantes del Palacio Renacentista en la calle Pizarro # 7 fueron los Ocampo, entre ellos Florián (~1495 – 1558), a quien se le describe en el documento que refiere su fallecimiento como:
(...) canónigo y prebendado de la catedral de Zamora, titular del beneficio curado de la iglesia de San Juan de Bamba, gran humanista, historiador, cronista, magistro
in artibus, historiógrafo del Emperador y criado suyo para los asuntos de su servicio en Zamora (Asterio Miguel del Brío Mateos, El maestro Florián Docampo, 130)
Florián de Ocampo nació, vivió por largas temporadas -puesto que estudió en Alcalá de Henares, además de viajar- y falleció en Zamora, donde también publicó su Crónica General de España (1543 y 1545).
Gregorio, el padre de Florián (de acuerdo al árbol genealógico de del Brío Mateos, 30), en 1534, realizó obras en las casas que años después llegarían a ser el Palacio que conocemos hoy, siendo la parroquia de San Simón el lugar donde este linaje tendría propiedades desde antes de esa fecha:
Ilustres feligreses de San Simón fueron también, entre otros, Gregorio Docampo, vecino y regidor de Zamora, en cuya colación o parroquia tenía las casas de su morada, según se documenta en 1534. Por esa fecha debían ser viejas dichas casas, ya que en ese año andan en obra nueva tanto Gregorio Docampo como su vecina contigua Ana de León, viuda del escribano de Zamora, Antonio Lozano (Asterio Miguel del Brío Mateos, El maestro Florián Docampo, 99-100,128)
Florián de Ocampo fue discípulo de Antonio de Nebrija en Alcalá de Henares, donde además se relaciona con otros importantes humanistas de su época. En su libro Los judíos en la España Moderna y Contemporánea, Vol II, Julio Caro Baroja escribe que:
(…) se dio el caso de que fueran de origen judío hombres dedicados a estudios genealógicos-históricos, como, por ejemplo, el cronista Florián de Ocampo, hijo natural de un clérigo y nieto de una portuguesa, Sancha de Ocampo, de raza judía. Es más, unas hermanas del mismo historiador dejaron descendencia, unidas a los Carvajales de Zamora, que tenían también por su parte confesos y penitenciados (370)
El primer Docampo fue un Per Yánez quien recibió merced de Enrique II en 1371 y Señorío en Belver, cerca de Castronuño. Los Docampo tuvieron Señorío y Mayorazgo en Zamora y sus alrededores, donde poseían vastas propiedades, entre otros sitios, además de las casas en San Simón y dos bodegas en la calle Balborraz, en Monfarracinos, Algodre, Bamba, Villanueva de Campeán, y Villaseco. Sirvieron en Zamora como regidor, clérigos, canónigos y tesoreros de varias iglesias y la catedral, y mantuvieron relaciones familiares y comerciales con otras familias zamoranas de renombre en su época como los Carvajal, los Valencia y los Mazariegos, entre otros, casi todos vecinos en San Simón.
Si Florián de Ocampo desciende de zamoranos y portugueses de origen judío no es difícil imaginar que en sus casas, ubicadas muy cerca de la judería vieja, existiera un mikvé o baño de purificación sino en uso, al menos como reliquia familiar. Estos baños servían para cumplir con algunas normas religiosas judías e higiénicas, entre ellas, la inmersión de las mujeres una vez al mes luego de la menstruación, igualmente antes de contraer matrimonio y después del parto, también se usan por hombres antes de la ceremonia de Shabbat y antes de celebraciones como Yom Kippur o Día del Perdón. Y para la limpieza de los utensilios nuevos antes de ser usados.
Este tipo de baños se han descubierto en Besalú (1964), Toledo (1989) y más recientemente en Girona (2014) y Ainsa (2015). En Zamora hubo familias judías, como fue el caso de los Benavento, quienes en 1419, donaron a la iglesia una sinagoga propia lo cual nos permite pensar que entre los judíos y judeoconversos zamoranos hubo ejemplos de espacios rituales de orden privado, que sería el caso del mikvé en el Palacio de los Ocampo.