jueves, 10 de diciembre de 2020

La Chanuka, Nueva York, 1881

Fragmento de la crónica de José Martí (1853-1895) en La Opinión Nacional, Caracas, 24 de Diciembre de 1881

Celebración de Jánuca en Nueva York, Jóvenes de la Asociación Hebrea, 1880 (Biblioteca del Congreso de EE.UU.)


Y los hebreos celebran su Chanuka (…) De su religión, los hebreos (...) hacen patria. (…) Aquella lengua raizal, como fue hecha y hablada en tiempos raíces, de que han venido luego estos pueblos de ahora, como frondosísimo ramaje, es conservada con pasión, cual joya de familia, en la casa de los judíos. Para ellos, la indiferencia religiosa, no es delito, de incredulidad, sino de traición. Dejar solo el templo en los días de fiesta, es desertar de las banderas de la patria; y ¡de la patria puede tal vez desertarse, mas nunca en su desventura! Cierran talleres y tiendas en los días consagrados por su iglesia, y celebran con danzas y festines las hazañas de Judas Macabeo, que se llamó el Macab, porque dio golpes de maza en el testuz de los tiranos, y entró triunfante, a la cabeza de sus huestes redentoras, en el templo, que había profanado el vil Antíoco. Todo lo cual aconteció hace más de dos mil años. Como injurias mortales y recientes, abominan aún los judíos las groseras profanaciones del sanguinario rey de Siria, que regó con agua en que había hervido un cerdo, el templo venerado de Salomón, y dio muerte a tantos judíos que fue la hecatombe terrible, más alta que el templo. Aún calientan el rostro pálido y enjuto de los hebreos de ahora, las llamas en que echó a arder Antíoco Epifanes las Santas Escrituras. ¡Aún sienten aquel dolor que llevó a sus antepasados a cobijarse bajo la bandera de Matatías, rebelarse fieramente contra el Rey, y echarse, como mar en cólera, por llanos y montañas!