jueves, 24 de diciembre de 2020

Los judíos de Galicia

Estos son algunos de los nombres y apellidos de judíos gallegos extraídos de las investigaciones de los dos principales estudiosos del tema: José Ramón Onega y Gloria de Antonio Rubio. Esta información puede ayudar a quienes completan su genealogía, dándole pistas de donde buscar con algún grado de especificidad. Los nombres están en orden cronológico y el documento se irá actualizando con datos como los oficios. En la documentación se hace referencia a comunidades relativamente numerosas en Ourense, Allariz, A Coruña y Tui.


La portada es una página de la llamada Biblia de Kennicott realizada en A Coruña, en 1476. La imagen refiere a la historia de Jonás y la ballena

969 y 987, Abraham Abba, Ourense 
1044, Arias Odúriz, Ourense
1166, Mouriño, Stgo de Compostela

1279, Salomón, Castro Villar

1289, R. Isaac Ismael, Allariz

1315, D. Jaco, Monterrei

1338, Marcos, Celanova

1368, Çuleman Abeyaex,

1384, D. David, A Coruña

1391, Rui Fernandez, Pontevedra

1416, Pedro, Tui

1419, Samuel,

1423, Judá Pérez, Astorga, Ourense, Villafranca de Valcárcel

1424, Vasco, Tui

1432, Aldonza, Ourense

1432, Abraham Pérez, Ourense

1432, Salomón, Ourense

1434, Salomón Vello, Ourense

1438, Abraham de León

1441, Mosen Marcos

1441, Jacob Vello

1441, Abraan Dallaris

1441, Carrasco

1441, Salomón Telecán, Ourense
1453, Barzelay, Ourense
1453, Ysaque Cabaleiro, Ourense

1453, Pedro Çide, Ourense

Lideçe Çide, Ourense

1460, Yucef, Monçao, Portugal

1464, Junça León, Tui

1467, Jacob, Ribadeo
 
Allariz

1467, Moisés, Ribadeo

1475, Salomón Çidario,  Tui

1475, Saul, Tui

1476, Judá Pérez, Ourense

1476, Salomom Braga, A Coruña

1476, D. Isaac de Braga, A Coruña

1476, Joseph ibn Hayyim, A Coruña

1476, Mose ibn Zabara, A Coruña

1480, Mose Albeytar, Ourense

          Samuel Albeytar
         
Jacob Albeytar
1480, Jaco Cavaleiro, Ourense

1480, Jaco Vello, Ourense
 
1489, Samuel de León, Ourense 
1489, Moisés, A Coruña
1490, Samuel y Salomon, Ourense
 
1490, Santo Cazo, Moreiras
1490, Abraham Rodriga, Allariz

1490, Isaac Cavaleiro, Allariz

1490, Jacob Albeitar, Ourense

1492, Samuel Deus Ajuda

1492, Diego Lopez

1492, Juan de Mazeyredo

1492, Pedro Sánchez, Ourense

1492, Salomon, Tui

1498, Colodro, Ourense

1501, León, Tui

1619, Beatriz Gómez, Ribadavia

1619, Francisco Denis, Pontevedra

1619, Antonio Pereira, Pontevedra

Gallegos en 1547, Códice de Trajes BNE

Estos nombres se les menciona como judíos, pero la mayoría no tiene referencia de lugar, ninguno de año, aunque podemos asumir que sería sobretodo el siglo XV.

Breatriz de Fonseca
R. Juda, Ourense
Juan de Patiño, Ouresen
O’Zapaterio
O’Colondro
Rubio
Jaco Villarin
Estevo
Mose Pérez
Abraham Abarca
Samuel Çiano

Tui



Bibliografía

Antonio Rubio, Gloria de, Judíos Gallegos en la Edad Media, en Raíces, revista judía de cultura, Año XII, Verano 1998, pp. 51-54

------- Judíos en Galicia: visión panorámica y nuevas aportaciones documentales, en Espacio, Tiempo y Forma, UNED, Serie III, H Medieval, t. 20, 2007, pp. 289-314

-------- Juda Perez, semblanza biográfica de un converso gallego a finales del siglo XV, eHumanista/Conversos 4 (2016), pp. 311-325

-------- Rutas por el pasado judío de Galicia, Aira Editorial, 2023

Onega, José Ramón, Los judíos en el Reino de Galicia, Editora Nacional, Madrid, 1981

 

 


jueves, 10 de diciembre de 2020

La Chanuka, Nueva York, 1881

Fragmento de la crónica de José Martí (1853-1895) en La Opinión Nacional, Caracas, 24 de Diciembre de 1881

Celebración de Jánuca en Nueva York, Jóvenes de la Asociación Hebrea, 1880 (Biblioteca del Congreso de EE.UU.)


Y los hebreos celebran su Chanuka (…) De su religión, los hebreos (...) hacen patria. (…) Aquella lengua raizal, como fue hecha y hablada en tiempos raíces, de que han venido luego estos pueblos de ahora, como frondosísimo ramaje, es conservada con pasión, cual joya de familia, en la casa de los judíos. Para ellos, la indiferencia religiosa, no es delito, de incredulidad, sino de traición. Dejar solo el templo en los días de fiesta, es desertar de las banderas de la patria; y ¡de la patria puede tal vez desertarse, mas nunca en su desventura! Cierran talleres y tiendas en los días consagrados por su iglesia, y celebran con danzas y festines las hazañas de Judas Macabeo, que se llamó el Macab, porque dio golpes de maza en el testuz de los tiranos, y entró triunfante, a la cabeza de sus huestes redentoras, en el templo, que había profanado el vil Antíoco. Todo lo cual aconteció hace más de dos mil años. Como injurias mortales y recientes, abominan aún los judíos las groseras profanaciones del sanguinario rey de Siria, que regó con agua en que había hervido un cerdo, el templo venerado de Salomón, y dio muerte a tantos judíos que fue la hecatombe terrible, más alta que el templo. Aún calientan el rostro pálido y enjuto de los hebreos de ahora, las llamas en que echó a arder Antíoco Epifanes las Santas Escrituras. ¡Aún sienten aquel dolor que llevó a sus antepasados a cobijarse bajo la bandera de Matatías, rebelarse fieramente contra el Rey, y echarse, como mar en cólera, por llanos y montañas!

viernes, 27 de noviembre de 2020

De Sefarad a La Nação, pasando por Zamora


Por José G. Cordero
Profesor de Arte e Historia
IES La Vaguada, Zamora

Realizo esta entrevista al catedrático Jesús Jambrina, autor de Los judíos de Zamora. Una cronología anotada, Editorial Verbum, Madrid, 2016, como parte de mi investigación para un trabajo final para el curso que sobre Sefarad he asistido en el Instituto Bruckner, de la Universidad de Bar Illan, en Israel.

La entrevista tuvo lugar vía correo electrónico y fue hecha con el propósito de profundizar en algunas de los acontecimientos registrados en el libro de Jambrina e investigar algunos temas generales en relación con el tema de los judíos en España.   

 

¿El término Sefarad es algo que surge posterior a 1492? ¿Eran los judíos conscientes de vivir en la llamada Sefarad?

 

El término, cuya raíz se encuentra en las escrituras del profeta Abdías, versículo 20, es previó a la expulsión de 1492. Se conocía desde los siglos X al XII, por ejemplo, Abraham ibn Ezra se llamó a sí mismo “el sefardí”, lo mismo Moses Sefardí, convertido al cristianismo como Petrus Alfonsi. A Maimónides se le conocía como “ha sefardí” (el sefardí) y también a Abraham bar Hiyya ha-Nasi, matemático y astrónomo. Igual Isaac ben Moses Eli (siglo XII) e incluso se usó como seudónimo -Reuben ha Sefardí – por Profiat Durán ya en el siglo XIV.

Luego, como ves, el término era conocido y se aplicaba cuando la persona deseaba identificarse con su cultura de origen, casi siempre fuera de la península ibérica. Por otra parte, debes tener en cuenta que hasta mediados del siglo XI la mayoría de los judíos vivían en Al Andalus, es decir, era andalusíes, aunque la presencia hebrea en Iberia sea más antigua, por lo menos desde los romanos en cantidades reconocibles. Esto indica que el sentimiento de Sefarad, aunque posterior, está anclado en una permanencia anterior a los visigodos, al Al Andalus, las Taifas y los reinos cristianos.   

Obviamente, después de 1492, el apelativo sefardí se popularizó porque fueron muchas más las personas que comenzaron a usarlo y comunidades enteras empezaron a llamarse de esa manera, estableciendo el término como sinónimo de español. Por ejemplo, el médico portugués Amatus Lusitanus (1511-1568), nacido criptojudío como Joao Rodrigues, cuando regresó al Judaísmo en Ferrara, Italia, escogió el nombre Habid ha Sefardí.

Por todo ello se puede concluir que, entre los judíos ibéricos en general, sí había consciencia de pertenencia a una geografía llamada Sefarad (reinos y taifas peninsulares). Era un espacio flexible o como diríamos hoy “portátil”, se llevaba en el corazón, la mente y la maleta allí donde se fuese, primero cuando, como Maimónides, tuvieron que exiliarse debido a las invasiones almorávides y almohades en los siglos XI y XII y después cuando fueron expulsados por los reyes católicos en España y Portugal. 

Sinagogas en España en los años previos a 1492, según Cantera. No es un mapa definitivo, los estudios continuan y más sitios se han agregado en los últimos años

Además de sefardíes hay que decir que los judíos españoles se consideraban de sus lugares de residencia y lo sabemos porque cuando llegaron a Italia, Grecia y Turquía, fundaron sinagogas con los nombres de sus regiones, por ejemplo, los castellanos, los aragoneses, los catalanes, etc. Incluso los criptojudíos que fueron a México fundaron el Reino de Nuevo León, a pesar de que eran de Zamora, Benavente u otros sitios, se reconocían bajo la “sombrilla” del Reino de León y muchos de los primeros judaizantes procesados por la inquisición en las Américas llevaban el apellido “de León”.

Más tarde en los siglos XVII y XVIII, los judíos hispano-portugueses del hemisferio occidental se reconocían dentro de La Nação en referencia a la Nación de Moisés y sus idiomas litúrgicos, además del hebreo, incluían el judeoespañol y el portugués, aunque no todos vivían en los territorios españoles o portugueses. Podría decirse que La Nação fue la evolución natural del término Sefarad el cual no podía pronunciarse públicamente debido a la inquisición. Este término de La Nação está muy vinculado también a los judíos de La Raya.     

 

Leyendo su libro “Los judíos de Zamora: una cronología anotada”, cita en la página 59 se dice que Zamora es una de las aljamas que más importancia tenían en el contexto de Castilla y León ¿qué diferencias tenía con el resto de aljamas (uso la definición de la página del Instituto Cervantes) que la convertían en una tan poderosa?

Me he planteado que precisamente la posición estratégica de la ciudad, la cual colinda con Portugal, podría ser una posible explicación. Analizando el tema, me ha resultado chocante que Zamora tuviera un número tan reducido de asentamientos, 21, según Carrete Parrondo.

 

La importancia de la aljama zamorana (estoy de acuerdo con la definición del Instituto Cervantes) consistía en varios aspectos en los cuales el económico, aunque relevante para su tamaño, no es lo más crucial. Me explico: Zamora contaba con una academia talmúdica de primera línea para la época, según Abraham Gross, de la Universidad Ben Gurion en Israel, especialista en la vida intelectual de los judíos españoles, esta academia era el centro de estudios judíos más importante de la península en el siglo XV. ¿Cómo lo sabemos? Pues todos los líderes comunitarios en varias de las juderías más conocidas en 1492, había estudiado en la ciudad, entre ellos Jacob Habid en Salamanca, Isaac de León en Ocaña, Isaac Aboad II en Guadalajara, Isaac Arama en Barcelona, Josef Hayyun en Lisboa y Shimon Memmi en Segovia, entre otros.

Zamora tenía una imprenta hebrea propiedad de los hermanos Musa, y en la ciudad vivían varios sabios de renombre como Samuel Valensí y Abraham Saba, este último se convertiría en uno de los más notables de la primera generación de la diáspora sefardí. Isaac Arama, nacido en Zamora, fue rabino en Fraga, Tarragona y Barcelona. Es decir, los judíos de los siglos XIV y XV miraban a Zamora como referencia espiritual e intelectual de la época, de hecho, hay un documento de mismo año 1492, citado por Ursicino Álvarez Martínez, donde se reconoce que los rabinos de Zamora eran los más preparados para interpretar la Ley. “Se sabe que vives en Zamora, y muchos me dicen que crees en la Torá”, escribió Alonso de Baena, de un personaje de la época llamado Cuadros. Hay muchas otras referencias documentales a que la ciudad era percibida como un espacio de acogida de judíos.

Los historiadores Haim Beinart y Manuel Fernando Ladero Quesada consideraron que los disturbios de 1391 no llegaron a Zamora debido a la convivencia entre cristianos y judíos. Lo más seguro es que, al igual que pasó en los siglos XI y XII, también se refugiaran muchos judíos aquí, lo que sí sabemos es que la aljama creció y llegó a ser una de las más populosas justo antes de 1492.

Entonces la importancia de la aljama judía sería considerada, principalmente, a partir de la academia talmúdica

Sin dudas. Después de la expulsión Abraham Torrutiel llamó a Isaac Campantón “lumbrera de los desterrados” porque, aunque había fallecido en 1463, sus discípulos llevaron sus enseñanzas a la diáspora y algunos de ellos, como Levi Habid y Jacob Berah, la establecieron en Jerusalén y en Safed, esta última referencia mística para los judíos en general hasta hoy. Samuel de Medina, con el apoyo de Gracia Nasi (Beatriz de Luna), la estableció en Salónica en su propia escuela. Eso te da una idea del peso de la academia talmúdica zamorana, cuya metodología se usó en varias de las escuelas fundadas por los sefardíes en la diáspora. 

Los caminos del Talmud, de Isaac Campantón

No es por casualidad que la educación hebraica del converso Alfonso de Zamora este relacionada con su ciudad de origen, él mismo se llamó a sí mismo “el último de los sabios de Sefarad” – y aquí tienes otra vez la referencia a Sefarad, en este caso por un converso. La hebraísta Ahuva Ho considera que Alfonso de Zamora usaba sus propios libros para sus traducciones y los estudios que hacía. Es muy posible que estos hayan sido los de la Academia zamorana, el padre de Alfonso, que el mismo llama Juan, era rabino, también salido del entorno educativo de la ciudad.


En Zamora, además, en el siglo XV, vivía el financista Abraham Corcos, era considerado el “procurador de la aljama de los judíos” (el aspecto legal de la aljama) y comerciaba con judíos y cristianos, otra evidencia de convivencia, ya muy mayor, tuvo que salir en 1492 e inmediatamente falleció en Portugal. Uno de sus hijos, Judah, que era médico o físico, como se le llamaba entonces, recibió un salvoconducto de los reyes en 1493 para regresar de Portugal, pero no parecer haber vuelto porque hay un Judah Corcos en Setubal que ejerció como médico y se sabe que era de Zamora. 

 

Se sabe el tamaño de la población judía a finales del siglo XV

Según Ladero Quesada, el 20% de la población de la ciudad era judía y ocupaba el 14% de su perímetro lo que equivaldría a aproximadamente 300 familias, entre 1200 y 1500 personas. No es poco para la época. Piensa en el actual casco histórico, entre la puerta de doña Urraca, bajando por la Costanilla, Riego, y Sancho IV hasta Santa Ana; y entre la muralla y San Torcuato, donde estaba la carnicería de los judíos (otro aspecto que define la existencia de una aljama).

La documentación, como lo ha estudiado Ladero Quesada, nos habla de convivencia entre judíos y cristianos, una buena parte de estos últimos seguramente conversos desde 1391 y 1412, de ahí que no es hasta muy tarde en el siglo XV cuando comienzan a aparecer incidentes antijudíos en la ciudad. Tienes que pensar que Zamora por esa época ya era una ciudad en decadencia, casi olvidada, alejada de los centros urbanos principales y por ello atractiva para una población judía que deseaba vivir distante de grandes conglomeraciones donde podían ser atacados. Zamora era una ciudad de pequeños comerciantes, muy interdependiente y hasta cierto punto segura para los judíos, lo cual explica la presencia de tantos estudiantes en la academia talmúdica. Es muy posible que existiese más de una de estas escuelas, así como más de una sinagoga.

¿Se sabe de dónde era los judíos zamoranos? Es decir, es una población que en su mayoría, como se sabe desde la refundación de la ciudad en 1062, llegó de otros sitios en aquellos tiempos, como lo hicieron los cristianos repobladores.

Por los apellidos registrados en la documentación sabemos que los judíos de Zamora llegaron en varias olas desde el siglo XI en adelante desde diferentes lugares, los Campantón posiblemente llegaron de Aragón a inicios del siglo XIV, sino antes, igual los Arama y los Aboab, los Valensi, de Toledo, aunque antes de Valencia, los Saba posiblemente a inicios del siglo XIV, aunque hasta ahora no se sabe de dónde, sabemos que estaban establecidos aquí desde antes de 1447; los Corcos, de cerca de Valladolid, y así. También hay Catalá y Zaragozí, eso habla de la movilidad judía en la edad media, pero también de Zamora como ciudad hospitalaria.

De hecho, en noviembre de 1492, los reyes firman otro decreto, menos conocido, permitiendo el regreso de los judíos de Portugal con la condición de que se convirtiesen en algunas ciudades de la frontera, Zamora entre ellas. Gracias a los estudios recientes de Teresa Martialay conocemos los nombres hebreos y cristianos de varios de los judíos que salieron a Portugal y luego regresaron, algunos de ellos rabinos, comerciantes, familias completas, incluida la del propio Alfonso de Zamora. Se sabe que todas estas eran familias arraigadas en Zamora, no habían sentido -o tenido- la necesidad de irse a otro sitio como si pasó en Córdoba, Sevilla, Toledo y Barcelona, por mencionar grandes centros judíos de la Edad Media. 

Luego, lo que diferenciaba a la aljama era, principalmente, una fuerte cultura de convivencia en un espacio relativamente pequeño y sobre todo su cohesión religiosa alrededor de la tradición judaica. La aljama tenía todas las instituciones correspondientes: sinagogas, incluida una mayor, escuela o academia talmud-torá, maestros reconocidos, procurador, jueces, carnicerías y cementerio; estaba cerca del reino portugués y todo indica que existía una amplia población conversa.

Recuerda que el decreto de expulsión se hace para evitar el contacto entre judíos y cristianos. La historia demostraba – y los inquisidores lo sabían- que los conversos terminaban regresando a su antigua fe una vez las condiciones lo permitiese, venía pasando desde el año 616 cuando Sisebuto (rey visigodo) decretó la primera conversión forzosa o expulsión, ese fue el momento en que surgió el criptojudaísmo. Los inquisidores, desde su punto de vista, tenían razón en pensar así, pero no sospecharon que sus acciones, lejos de eliminar el judaísmo, hizo que éste en vez de desaparecer se trasformara y evolucionara a nuevas maneras de práctica religiosa secreta que duraron siglos y a las que, en parte, debemos una ley como las de la nacionalidad española para los sefardíes que estuvo en vigor entre el 2015 y el 2019.

¿En qué sentido podemos hablar de esto último?

Las comunidades sefardíes de la diáspora se mantuvieron creciendo, en gran medida, a los conversos y criptojudíos o marranos que salieron de España y Portugal y que vendrían a formal La Nação, como referimos antes. La comunidad de Amsterdam, Londres y Nueva York, por ejemplo, no habrían existido sin los conversos que salieron de Portugal a finales del siglo XVI vía -sobre todo- Amsterdam. Lo mismo hacia Italia, el norte de África y las Américas. A partir del siglo XVI hubo un flujo constante de criptojudíos saliendo de la península en busca de libertad religiosa y comercio que regresó formalmente al judaísmo e hizo que la diáspora se mantuviese activa.

Varios de los judíos más influentes de Amsterdam provenían de familias marranas de Portugal, entre ellos Menasseh Ben Israel, cuyo nombre portugués era Manuel Dias Soerio; Issac Aboad da Fonseca, que fue, además, el primer rabino de las Américas, en Recife, Brasil, incluso, el propio Baruch Spinoza provenía de una familia española asentada en Portugal. Luego, hacia el Este tenemos a, por ejemplo, doña Gracia Nasi, quien en Portugal se llamaba Beatriz de Luna; a Isaac Cardoso, médico español que se fue a Italia, donde podía practicar el judaísmo abiertamente, otro médico Amatus Lusitano, quien se llamó José Rodríguez y en Italia, como dijimos antes, tomó el nombre de Habib ha Sefardí,  y así la lista sería muy extensa.  

El recién fallecido historiador Joseph Pérez nos recuerda que hasta el siglo XVIII, el español – lo que hoy se llama Ladino- fue, junto al hebreo, el idioma litúrgico en las sinagogas hispano-portuguesas de Amsterdam, Londres y Nueva York, pero también el del intercambio comercial, el de la ciencia y en mucho sentido la política, las grandes potencias de la época, Holanda, Inglaterra y Francia, tenía a intérpretes hispano hablantes a su servicio, un oficio que los sefardíes dominaban muy bien desde la época de la reconquista cuando trabajaban para los reyes cristianos traduciendo del árabe al romance y viceversa.

Hasta los aspectos más aventureros y anárquicos de la sociedad posterior a 1492, la piratería, por ejemplo, contó con judíos participantes en ello, como fue caso de
Simão y Baltazar de Cordes (en 1598-1600, Chile); Moses Cohen Henriques (~ 1595-Jamaica, 1670) y su hermano Abraham; Jacob Curiel (Diego Pérez D’Acosta ~ 1548- Safed, 1610); David Abravanel (Capitán Davis); Yacoob Mashaj y su esposa Deborah (en Barbados); Simón Fernández,  y los hermanos Jean y Pierre Lafitte (1773-1826) entre algún que otro.

Son muchos de los descendientes de todas estas poblaciones dispersas por el globo terráqueo los que busca la nacionalidad con la nueva ley.   

martes, 7 de julio de 2020

Transliteraciones de la rama judía de los Zamora

Por Fernando González del Campo Román
Licenciado en historia, genealogista profesional


La conferencia que di el miércoles pasado en las VIII Jornadas Sefardíes de Zamora, celebradas online a causa de la pandemia, ha supuesto para mí un gran reto de investigación.

 Hasta ahora apenas había traspasado 1492, año crucial de la historia de España, en mi búsqueda de familias judeoconversas. Es cierto que a veces se menciona en los documentos de la Inquisición a judíos y cristianos nuevos nacidos en la segunda mitad del siglo XV, incluso antes, pero en esta ocasión el estudio de las "transliteraciones" o variantes del apellido Zamora entre los hebreos, las zamografías que dice Jesús Jambrina -director del Centro Isaac Campantón-, me ha llevado no sólo a mencionar judíos y conversos que se apellidaron Zamora, Zamorano o Zamorani -pocos en verdad: el filósofo Abraham de Zamora, el hebraísta Alonso de Zamora, los Zamorani de Ferrara...-, sino también a analizar apellidos que sólo comparten con la ciudad del Duero las tres primeras letras de su nombre, o menos: Ben Zamirro, Aben Zemerro, Ben Zimra... (ben y aben significan hijo de).

 

Estos apellidos cruzaron el Mar Mediterráneo en 1492, año de la reconquista de Granada y la expulsión de los judíos de España -salvo de Navarra-, llevados por miembros de este pueblo que no quisieron renunciar a la Torá, al sábado, sus camisas lavadas, las candelas del viernes...

También he conocido otros orígenes, en menor número, del apellido Zamora: una aldea de este nombre en el Prepirineo de Huesca, varios caseríos vascos, y Samora como variante del apellido catalán Alsamora. Incluso he sabido que en el distrito portugués de Santarém hay una población llamada Samora Correia, fundada por la Orden de Santiago junto con otra Benavente, en tiempos del maestre Paio Peres Correia (mediados del siglo XIII).

 

Algunos Ben Zamirro y Aben Zemerro zarparon de Málaga o Almuñécar (Granada) en 1492 y dieron comerciantes y rabinos a las ciudades de Safi, Fez y Tetuán (Marruecos). Allí siguieron transmitiendo el conocimiento del Talmud, cultivando la cábala, ampliando la agadá. Todo acabó en cambio para los judíos en Sefarad, como tales judíos, aunque algunos o sus descendientes contribuyeran sobremanera, como cristianos nuevos, a aumentar la religión, las ciencias y las letras de quienes les forzaron al bautismo. Sólo unos cuantos siguieron practicando en secreto la Ley de Moisés, los ayunos y algunos ritos judíos, perseguidos por una Inquisición que fue diezmando sus filas y obligando a otros a huir: a Portugal, Francia, Italia, el norte de África, Turquía, Holanda...

 

Pero esos apellidos extraños que he mencionado me llevaron a intentar retroceder más y más, a pasar de una ciudad a otra para ver si llegaba a la aljama judía de Zamora, o Zemora, o a dónde. De David Benzimra o Benzemra, talmudista en Fez y rabino jefe de El Cairo, nacido en España hacia 1479 y fallecido en Israel en 1573, unos dicen que era oriundo de esa ciudad leonesa y otros relacionan su apellido con zimra, canto en hebreo. En 1330 fue enterrado en Toledo, a los 85 años, el rabino Jehudá ben Efraim (ben) abi Simra o Zimrá.

 

Abraham Ben Zamirro, médico nacido en Granada y gran rabino de Safi (Marruecos) en 1510, llevaba en realidad el mismo apellido que los Aben Zamerro o Aben Zemerro granadinos y sevillanos, médicos cuando menos desde el siglo XIV, y arrendadores de carnicerías y bienes de los concejos. Procedían de Toledo, aunque decir de un judío que su familia era oriunda de tal o cual lugar puede ser relativo, dada la movilidad a que su inestable convivencia con otras religiones les obligaba -y obliga- periódicamente.

 

Para complicar más las cosas, Fraim Abensemerro, arrendador de las alcabalas de Utrera (Sevilla) antes de la expulsión, es llamado también Abensomerro. ¿Por error? Es muy posible, aunque también puede que estuviese emparentado con los Abensomer de Berlanga de Duero (Soria) del siglo XV, y los que ya vivían en Calatayud (Zaragoza) en 1337 ¿Serían éstos los "hijos del vigilante" de la carnicería o de la sinagoga, "ben s(h)omer" en hebreo?

No lo sé, pero casi cada investigación descubre un rincón de la Historia a mis ojos. Nací curioso, con ganas de aprender, y la Genealogía no deja de ofrecerme nuevos conocimientos de nuestro pasado y lecciones de vida.


Información relacionada: Linajes judíos del apellido Zamora (pinchar AQUÍ)

martes, 2 de junio de 2020

The Last Marranos, Los últimos marranos

Este es uno de los materiales fílmicos acerca de los llamados marranos (o criptojudíos) de Portugal. La palabra marrano tuvo durante mucho tiempo, y a veces todavía se usa así, una connotación negativa en España y Portugal. En los últimos años, sin embargo, se ha resemantizado de forma positiva en referencia a una cultura de resistencia contra la inquisición entre los siglos XV y XIX, y de resilencia contra los prejuicios que todavía se manifiestan acerca del legado judío en la península ibérica.

Algunos pensadores e historiadores recientes en el ámbito iberoamericano han usado el término para referirse a una manera de pensar fuera de la norma o de manera alternativa a esta, propiciando una mirada innovadora sobre temas filosóficos y socioculturales en general.

lunes, 18 de mayo de 2020

Zamografías, VIII Jornadas Sefardíes, 1-2 de Julio, 8:30 PM, hora de Madrid, en modo telemático


 Invitamos a inscribirse en nuestras sesiones del Congreso 2020 el cual, por razones obvias, debemos realizar de forma telemática. Ambos ponentes llevan varios años estudiando las genealogías hebreas y de conversos de la región de Zamora y cuentan con una vasta experiencia ofreciendo talleres en cómo y dónde consultar documentos y organizar árboles de familia.  

A través de las genealogías podemos acceder a las travesías geográficas, así como la vida cotidiana tanto de los judíos que tuvieron que salir de los reinos españoles en 1492 como de aquellos que debieron esconder su fe para poder sobrevivir a las persecuciones de la inquisición.  Más información en las descripciones debajo.

Ponentes


Fernando González del Campo,
historiador y genealogista

La rama judía del apellido Zamora y sus transliteraciones

Los apellidos Zamora, Zamorano y otras variantes que nos remontan a la ciudad de Zamora desde la Edad Media, los llevaron no pocos sefardíes y conversos de judío -algunos de ellos criptojudíos- y, tras la expulsión de España en 1492, sus descendientes los extendieron por la Península Ibérica y todo el Mediterráneo, Europa y América. Detectar su presencia y su evolución nos recuerda la vitalidad de la aljama de Zamora, su brusca extinción y la historia que han escrito sus hijos a través de los siglos.

Inscripciones AQUI



Genie Milgrom
Autora e investigadora 

Cocinando con mis 15 abuelas

Una familia judía originaria de Fermoselle, España, conservó apuntes de las recetas que durante siglos cocinaron por aquellos lugares donde vivieron. En cada sitio agregaron ingredientes locales para respetar las leyes casher y también enmascararon platos para evadir la inquisición y los prejuicios contra los judíos. Cinco siglos después, estas recetas se convierten en evidencias de cómo los criptojudíos de La Raya entre España y Portugal comían y celebraban las festividades de sus ancestros en el resguardo de sus casas. 

Inscripciones AQUI


                                                                      ***               

Zamora contó con una población judía y conversa importante desde al menos el siglo XIII cuando se registra este apellido toponímico en una figura hebrea: Abraham ben Salomón de Zamora, cabalista y filósofo conocido entre los sabios peninsulares de la época.

Antes y después de 1492, este apellido también se encuentra entre conversos como Gabriel de Zamora, procesado por la inquisición en Sevilla en 1481, y Alfonso de Zamora (1474- ca.1545), “el único sabio que quedó en Sefarad”, como se consideró él mismo poco antes de fallecer en Alcalá de Henarés, donde había sido fundador de los estudios hebreos.

Por todo ello, este año queremos dedicar nuestras Jornadas Sefardíes a explorar las diferentes ramas del apellido Zamora, y sus transliteraciones, entre aquellas personas que sean o tengan consciencia de antepasados judíos en España o fuera de ella.

Algunas de estas transliteraciones son: Zamiro, Zamory, Zamir, Zmiro, Zamero, Zamorani, entre otras*


La genealogía y los relatos alrededor de ellas nos sirven para explorar las travesías de personas y poblaciones a través del tiempo y el espacio. El objetivo de las Jornadas Sefardíes este año es revelar en directo dichos recorridos e iniciar, desarrollar, y perfeccionar posibles árboles genealógicos que incluyan orígenes judíos zamoranos antes o después de la expulsión.

Invitamos a compartir nuestra Convocatoria con todos aquellos individuos potencialmente interesados en el tema. Nuestras Jornadas Sefardíes son abiertas al público e incluyen además, como siempre, diferentes actividades, entre ellas conciertos, presentaciones de libros, talleres de cocina sefardí y visitas a juderías de la provincia.

En los próximos meses actualizaremos nuestro programa, mientras, puedes hacer sugerencias, comentarios o cualquier pregunta, escribiendo a centrocampanton@gmail.com o enviar WhatsApp al 609 740 116

* Puedes buscar otras en la base de datos del Museo del Pueblo Judío (pinchar aquí)


¿Quieres tener una idea de nuestros encuentros anteriores? Pincha en nuestros resúmenes: I, II, III, IV, V, VI, VII

Este es un evento patrocinado
por el Centro Isaac Campantón

domingo, 17 de mayo de 2020

Los Carvajal de Fermoselle, judíos

La familia Carvajal es ampliamente conocida en el Nuevo Reino de León (México) por haber sido los primeros exploradores europeos del área, fundando algunos poblados importantes, incluido el que luego sería la ciudad de Monterrey. También porque en 1596, salvo aquellos que pudieron escapar, todos los miembros de la familia fueron acusados de Judaizantes por la inquisición. Luis de Carvajal, el Viejo, falleció en la cárcel, y Luis de Carvajal, el Mozo, fue llevado a la hoguera. En esta nota, la investigadora Dolores Armenteros nos explica cómo el origen de esta familia se encuentra en el poblado de Fermoselle (Provincia de Zamora, España), donde la presencia judía es conocida desde la Edad Media, llegando a ser considerada aljama hebrea en el siglo XV. 


Ilustración tomada del libro Carvajal, Ediciones Liber, 2018, autor: José Luis Fariñas

1. LUIS DE CARVAJAL de FERMOSELLE (c. 1485-¿?), residente en Sambade, Alfândega da Fé, Portugal.

Sabemos muy poco de los judíos de Fermoselle, a pesar de que una de las familias mejor conocidas entre los judíos conversos o cripto-judíos, es la familia Carvajal, de origen fermosellano.

Con el edicto de expulsión firmado en Granada por los Reyes Católicos en 1492, terminó un largo periodo de convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos. A partir de este momento, los judíos tenían que enfrentarse al dilema de convertirse al Cristianismo o salir de España, con poco más que lo puesto. Muchos eligieron el exilio y cruzaron el Duero hacia Portugal, otros aceptaron ser bautizados y permanecieron en Castilla.
En Fermoselle vivía durante este periodo de cambios, la familia judía formada por Alvaro y Catalina de Carvajal y sus hijos. Alvaro era tejedor. En un corto periodo de tiempo tenían que decidirse; convertirse y quedarse o permanecer fieles al judaísmo y encaminarse hacia el exilio. Muchos eligieron salir, pero más tarde, cuando en Portugal eran obligados a convertirse, regresaban aparentando ser ya católicos. Los Carvajal eran de las familias que cruzó la frontera varias veces para sobrevivir.
Sabemos de la existencia de Alvaro y Catalina por su hijo Luis, nacido en Fermoselle sobre 1486, que 50 años más tarde fue detenido y juzgado por el tribunal de la Inquisición de Evora, Portugal, acusado de ser judaizante, o por practicar la Ley de Moisés (Proceso 8976. Luis Carvajal, cristiano nuevo, residente en Sambade).
Son las transcripciones meticulosas de los procesos inquisicionales, los que han preservado la historia de los conversos o Cristianos Nuevos. Así sabemos que cuando Luis de Carvajal fue detenido en Mogadouro, tenía 58 años, confiesa haber nacido en Fermoselle, dice que vive en Sambade, de rentas, que está casado con Margarida Nines de Mogadouro y que tiene dos hijas:

Catalina de Carvajal, de 30 años, casada con Antonio Lopes, platero y vive en Miranda.
Leonor de Carvajal, de 27 años, casada con Alvaro de Leao y vive en Corticos.

Sus hermanos fueron:
Francisco, Pero y Joao de Carvajal.

Sus hermanas:
Francisca de Carvajal, casada con Guterre Vaz. Esta había estado presa en Valladolid hacia 25 o 26 años, pero se fue a Mogadouro para no cumplir su condena. Hacia más de un año que su marido Vaz, estaba en paradero desconocido.

Beatriz de Carvajal está casada con Gabriel Días y vive en Fermoselle.

Además de estos datos, confiesa haber sido judío circuncidado, pero no recuerda su nombre judío, porque era muy pequeño cuando se había convertido al Cristianismo, que había sido bautizado y confirmado en la Iglesia parroquial de Fermoselle por el clérigo Miguel Goncalvez y que no recuerda quienes fueron sus padrinos.

Dice saber el Padre Nuestro, el Ave María y la Salve, que siempre se confiesa y comulga en Cuaresma, que va a Misa los domingos y fiestas de guardar.

Alega no saber por qué está detenido. Al primer Luis de Carvajal le perdonan los delitos de judaísmo, herejía y apostaría, el 10 de junio de 1548 al igual que a su hija y yerno, que también estaban detenidos. Este perdón generalizado, fue instigado por la comunidad judía que negoció con las autoridades de la curia en Roma.
Luis de Carvajal de Fermoselle es el hermano de Francisca de Carvajal, abuela de Luis de Carvajal de la Cueva, gobernador de Nuevo León, México y bisabuela de Luis de Carvajal, alias Joseph Lumbroso.