La Opinión de Zamora, enero 25, 2016
Este año 2016 ha comenzado con varias noticias relevantes alrededor del legado judío en Zamora y en Castilla y León en general: la colección de música sefardí del etnógrafo Ángel Carril ha sido depositada en el Museo Etnográfico, el escritor Gregorio González Olmos, residente en la ciudad, ha publicado Yucé, el sefardí, premio de novela Felipe Trigo y la organización Raíces de Sefarad, con sede en Madrid, se ha interesado por los restos arqueológicos existentes relacionados con la historia y cultura sefardí.
Cuando en el año 2010 empecé a investigar la presencia judía en Zamora
enseguida me di cuenta de que tarde o temprano este conocimiento, como la luz, se
expandiría en todas las direcciones. No hay más que prestar atención y
sumergirse en la información disponible para percatarse de que el legado judío
en Zamora es una fuente prácticamente inagotable en la medida en que aquí se
educaron y salieron varios de los sabios que se encargaron de llevar y
trasmitir a la próxima generación la tradición judía cultivada en la península.
A través de los
eventos realizados por el Centro Isaac Campantón y mediante la red de
colaboradores asociados al proyecto, las investigaciones no paran de arrojar pruebas
y repruebas, a la manera cervantina, de la importancia de Zamora en el mapa de
Sefarad. Luego de todo este tiempo de trabajo, paciente, sistemático y basado
en evidencias documentales y arqueológicas y usando lentes interdisciplinarios
para la interpretación de las mismas, puede afirmarse que Zamora tiene la llave
al estudio y puesta en valor de la historia y la cultura judía en el noroeste
de la península ibérica.
Con toda la
información sobre la mesa puede apreciarse que la ciudad fue, primero que todo,
ciudad refugio para muchos judíos emigrados del Sur en el siglo XI, capital
hebrea del Duero en tanto albergó la población más numerosa en los siglo XIV y
XV en la región, en esa misma dirección, Zamora fue puerta de entrada de los
judíos al noreste, lo cual se explica porque fue sitio de paso hacia Portugal
en 1492, así como de retornados, al registrarse una amplia comunidad de
criptojudíos y conversos hasta bien entrado el siglo XVII.
En el Centro
Isaac Campantón continuaremos trabajando sin apuros, pero sin pausa, en el
estudio e investigación de este legado y como siempre nos mantenemos abiertos a
la cooperación con todos aquellos, privados o instituciones, en España o
Portugal, interesados en la apreciación y valoración de la historia y la
cultura judía en la región.