Iniciativa del Centro Isaac Campantón, fundado en el 2013, investigando, poniendo en valor y comunicando el legado judío de la ciudad y la provincia de Zamora, Castilla y León, España.
martes, 22 de diciembre de 2015
«El centro de estudios de Zamora en el siglo XV fortaleció la comunidad judía»
Por José María Sadia, La Opinión de Zamora (enlace)
Profesor del Departamento de Historia judía de la Universidad de Ben-Gurion (Israel), Abraham Gross reúne estudios sorprendentes sobre la relevancia de Zamora en el ámbito intelectual hebreo y personajes clave como Abraham Saba o Isaac Campantón.
-¿Por qué Zamora llegó a ser un centro intelectual tan importante la España del siglo XV?
-¿Por qué Zamora tuvo tal importancia y no Salamanca u otros lugares? Por la misma razón que Isaac Campantón, el rabino que ejerció una enorme importancia, eligió Zamora para vivir. Pudo haber muchas razones, quizá vino por familia, negocios o por familia. Los centros de estudios se vuelven importantes en muchos casos por la presencia de una persona, la que crea el propio espacio.
-Pero, ¿también fue importante como ciudad?
-Zamora fue importante, en todo caso, para la comunidad judía por la importante aljama local y también, según las fuentes, porque hubo muchos hebreos que pasaron por aquí durante la emigración. Quizá por los caminos o por la cercanía con Portugal. Esta ciudad fue el centro judío intelectual más importante de Castilla y del país. No diría que de la península, dado que Lisboa era más fuerte aún durante el siglo XV en el plano de los estudios.
-¿Se notó este fenómeno en la propia comunidad?
-Zamora tuvo una segunda judía, una comunidad, cuando en otros sitios están en declive. Quizá esto tenga relación con los centros de enseñanza del Talmud y la Torá en la ciudad. Me remito al ejemplo de la crisis económica en Estados Unidos: Boston fue una de las pocas áreas que no sufrió por la cantidad de universidades que concentra. Se me ocurre este paralelismo. El hecho de que hubiera escuelas tan potentes hacía que la gente viniera aquí a estudiar y la comunidad se mantuvo fuerte. Solo es una sugerencia, no lo puedo asegurar.
-¿Cuáles eran los otros grandes centros intelectuales del país?
-Durante los siglos X, XI y XII, los centros intelectuales iban cambiando de acuerdo a la persona que fuera la gran figura del momento, el estudioso o el académico. En Granada fue el caso de Samuel Hanaggid. Cuando Granada cayó por las persecuciones, este centro se trasladó a Lucena y Lucena hoy no es nada.
-Usted ha escrito un libro sobre Abraham Saba, un estudioso de historia trágica que vivió en Zamora. Refrésquenos su historia.
-Lo primero de todo es que Abraham Saba es importante por que sabemos de él. Pudo haber otras figuras importantes de las que hoy no se conoce nada. Escribió libros que se publicaron cuatro veces en el siglo XVI. No sabemos cuánto tiempo estuvo en Zamora, las publicaciones que se conservan las escribió tiempo después de la expulsión, siempre con un tono trágico.
-Así es. Escribió numerosos libros, entre ellos comentarios del Pentateuco. Tenía una de las bibliotecas más importantes de Zamora con más de 400 volúmenes. Con la expulsión, viajó con su familia a la ciudad lusa de Guimaraes, donde escribió la mayor parte de sus trabajos. Acuciado por la persecución en Portugal, enterró sus libros bajo un olivo a las afueras de Lisboa aunque nunca se encontraron. En el patio interior del Teatro Nacional de Lisboa, en el Rossio, unos 20.000 judíos fueron forzados a la conversión por orden de Manuel I. El 98% se convirtieron y al resto se les encarceló durante seis meses. Cuando el rey se convenció que de su plan era imposible, emigraron al norte de África. Su mujer se convirtió, también sus dos hijos. No Saba, quien volvió a escribir su obra en Fez, al norte de Marruecos. Después se habla de distintos destinos, uno de ellos Turquía, pero no se puede comprobar.
-¿Qué opina sobre la utilidad de congresos como el que se celebra estos días aquí?
-En primer lugar, hay que decir que la generación actual de historiadores están libres de prejuicios y pueden aportar perspectivas reales sobre el tema judío. En los años cuarenta del pasado siglo, por ejemplo, no era así. Con respecto al congreso, estaría feliz si las personas comienzan a darle la importancia que merecen zonas como Zamora en las comunidades judías. Tradicionalmente se atribuyen a Andalucía los principales centros de intelectuales hebreos, pero nunca nos detenemos en saber que en el siglo XV, cuando se pensaba que todo era decadencia, Zamora fue uno de los grandes núcleos del saber.