El pensamiento
de este autor influenció particularmente las enseñanzas de los sabios de la Escuela Rabínica de Zamora, entre ellos Isaac Campatón
(1360-1463), Isaac Arama (1420-1494) y Abraham Saba (1440-1508).
Cabalista
español, conocido como Moisés de León. Nació en León (hoy, territorio
de Castilla y León / España) en 1250 - falleciendo en 1305 en Arévalo
(Ávila – Castilla y León), siendo enterrado en el cementerio judío de Ávila, en
lo que hoy es la Huerta del Monasterio de la Encarnación. Editó en 1280, por
primera vez, el Zohar (Sefer ha-Zonar) o Libro del Esplendor,
revelado en el siglo II a Rabí Shimón Bar Jochai, santo sabio del período de la
Mishná, discípulo de rabí Akiba ben Yosef (40-135), el cual junto con el Séfer
Yetzirah (El libro de la Creación), es el pilar doctrinal de la
cabalá y una de las obras más importantes de su literatura. Según Gerschom
Scholem en su libro “Desarrollo histórico e ideas básicas de la Cábala: “el
entremezclamiento de la cábala de Girona y la cábala de los gnósticos de
Castilla, se convirtió en la mente de Moisés de León en un encuentro creativo
que determinó el carácter fundamental del “Zohar”. En lugar de las breves
alusiones e interpretaciones de sus predecesores, presenta un amplio lienzo de
interpretaciones y homilías que cubren todo el mundo del judaísmo tal como
aparecía ante él. Estaba muy lejos de la teología sistemática, y hay problemas
fundamentales del pensamiento judío de la época que no aparecen en absoluto en
su obra, como son el significado de la profecía y las cuestiones de la
predestinación y la providencia; sin embargo, es un reflejo de la situación
religiosa concreta, y la expone mediante la interpretación cabalística.
Empleando la forma de un pseudoepígrafo atribuido a Simeón bar Yohay y sus
compañeros, Moisés de León quiso revestir con un ropaje antiguo su
interpretación del judaísmo, como si se tratara de Midrashim largos y breves
sobre la Toráh y los tres libros del Cantar, Rut y Lamentaciones. En sus libros
hebreos escritos por los años que siguieron a 1286, tras haber concluido su
obra fundamental el “Zohar”, Moisés de León ocultó muchas de sus ideas
más atrevidas (para las que había sido muy apropiado el oscuro ropaje del
arameo). Por otra parte, subrayó en ellos los principios del simbolismo de las
sefirot, junto con el valor que tenían para entender la Toráh y la oración, así
como elemento homilético y moral del Zohar. Sus libros hebreos ampliaban
en ciertos lugares temas que habían aparecido por primera vez con algunas
variantes en el Zohar. En su obra “Ha-nefesh ha-hakamah” (1290),
escribe: “La finalidad del alma al entrar en el cuerpo es mostrar sus
poderes y habilidades en el mundo... Y cuando desciende a este mundo recibe
poder e influencia para guiar a este mundo malo de modo que se le someta a un
“tikún” (restauración) arriba y abajo, porque es de rango elevado, compuesta de
todas las cosas; y si no estuviera compuesta de manera mística de lo que está
arriba y abajo, no estaría completa... Y cuando está en ese mundo, se
perfecciona y se completa de este mundo inferior... Y entonces está en estado
de perfección, lo que no le sucedía al comienzo de su descenso”. Fue el
primero en recoger en el acrónimo “pardes” (jardín), las cuatro
categorías convenciones por las que se dice que la Toráh podría interpretarse,
el “pesat” o sentido literal que abarca no solo el contenido histórico y
real de la Toráh, sino también la Ley Oral; el “derat” o sentido
hermenéutico que es el camino de los comentarios éticos y agádicos; el “remez”
o significado alegórico que se dirige al conjunto de verdades filosóficas que
contiene la Toráh; y el “sod” o místico que es la totalidad de posibles
comentarios cabalísticos que interpretan las palabras de la Toráh como
eferencia a los acontecimientos que tienen lugar en el mundo de las “sefirot” o
la relación que tienen con ese mundo los personas bíblicos. Obras suyas son
también Sefer ha-Rimmon, en la cual se explica cabalísticamente todo el
culto judaico; Ha-Miskal, refutación de los sistemas filosóficos tan a
la moda en su época, que tenían por objetivo la explicación racional de la
religión; y Sefer ha-Sadot, visión del infierno y de la gloria según la
tendencia mística al apócrifo Libro de Enoc.